Ministro Walker y TPP11: “Me dolió que diputados de zonas agrícolas votaran en contra”
El secretario de Estados afirmó que para el debate en el Senado espera “que se tome mucho más en cuenta el impacto social y económico que han tenido los tratados de libre comercio en el desarrollo de Chile”.
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Antonio Walker nunca había asistido a una sesión completa de la Cámara de Diputados, como ocurrió la semana pasada. Pese a ser hermano de legisladores -antes Ignacio y Patricio y ahora Matías-, el ministro de Agricultura presenció el debate sobre el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico, más conocido como TPP11 o CPTPP.
Y su sensación tras la experiencia no es del todo positiva. Asegura que hubo mucho “mito e información equivocada”, además de “presión de redes sociales que influye mucho en los parlamentarios”.
Quizás, por lo mismo, valora más que nunca los votos de los ocho diputados opositores que permitieron salvar la aprobación del polémico acuerdo comercial: Jaime Toha (PS); Pepe Auth (independiente ex PPD); los PRSD Carlos Jarpa, Fernando Meza y José Pérez; y los DC, Miguel Calisto, Daniel Verdessi y Matías Walker. Y, al mismo tiempo, defiende con ahínco la continuidad a la política de apertura hacia los mercados internacionales que inauguró la Concertación.
“Gracias a eso, la agricultura crece como ninguna otra en América Latina y genera un millón de empleos, se regionaliza Chile, y los hijos de los trabajadores pasan de estudiar hasta octavo básico a ir a la universidad y los institutos técnicos. No es menor que el 85% de los alumnos sean primera generación en las universidades de mi región del Maule. Por eso, me duele que tantos diputados de zonas agrícolas voten en contra del TPP11. Primó un tema político antes que mirar los resultados, una cosa ideológica y no técnica”, asegura.
- ¿Qué autocrítica hacen tras tomar este tratado que venía del gobierno anterior, y conseguir el mayor rechazo a un acuerdo en 30 años de apertura comercial?
- La autocrítica que espero es de la oposición.
- Entonces, ¿el gobierno no tiene que hacer ninguna autocrítica?
- Se nos ha dicho que debimos haber partido antes con poner el tema. Creo que aunque lo hubiéramos hecho, viendo cómo se ideologizó, habríamos tenido a lo mejor el mismo resultado. Me preocupa cómo temas tan trascendentes para el país y tan técnicos se pueden ideologizar y politizar de tal forma que porque los presenta un gobierno determinado.
- ¿Por qué cree que se llegó a ese nivel de rechazo? ¿Qué cambió?
- Hay una cierta polarización que no es buena, de desmarcarse del gobierno o de los gobiernos que proponen proyectos que son de interés país.
Me impresiona que muchas veces el interés partidista tiene más peso que el interés país y esa es una política antigua. Yo estoy seguro, porque lo veo en regiones, que la gente aprecia mucho cuando los políticos antepongamos el interés nacional al partidista y espero que este no sea un signo de lo que viene para los próximos años.
Me preocupan también las campañas en redes sociales desinformadas. El peso que están tomando las redes sociales en Chile es impactante.
- ¿Es un mito la idea que se instaló sobre el tema de las semillas?
- Todo el mundo habló de las trasnacionales, pero nadie menciona que, por ejemplo, en la fruta fresca de exportación, hace 30 años el 70% de los envíos se concentraba en tres o cuatro empresas. Hoy la mayor de ellas representa un 4% de las exportaciones totales.
Nadie evaluó la desconcentración que se ha producido en la agricultura chilena, que es tremenda, gracias a que el agricultor se hizo empresario, a que procesó su producto y exportó, se juntó con otros, se asoció y exportó.
- ¿No están en riesgo las semillas?
- No están en este tratado. Eso está regulado en el tratado UPOV-91, que se firmó en 2011 y hoy está en el Senado para proteger la propiedad intelectual de los obtentores.
- La ley de obtentores también es un proyecto que venía de antes, ¿ha faltado darle más publicidad?
- Sí, pero veo que el tema va por algo más ideológico. El TPP11 no restringe la soberanía de Chile, no aumenta el precio de los medicamentos, no está en juego el patrimonio genético de las semillas y no amenaza los derechos humanos ni limita el acceso a internet. Tampoco favorece a las transnacionales, al revés, diversifica los mercados. Tampoco afecta los derechos laborales o de las mujeres.
Yo me pregunto si un país tan desarrollado como Nueva Zelanda, tan preocupado por los derechos laborales, por el medio ambiente y la incorporación de las mujeres y los pueblos originarios, hubiera adherido al TPP11 si fuera cierto todo lo que se dijo en la sala. Hay muchos mitos.
- ¿Cómo ve lo que se viene en el Senado?
- Espero que se tome mucho más en cuenta el tremendo impacto social y económico que han tenido los tratados de libre comercio en el desarrollo y la regionalización de Chile.
En Ñuble, Maule, Biobío, Araucanía, Los Ríos, Los Lagos, Aysén y Magallanes, que son regiones que no tienen minería, la agricultura es lejos la actividad económica más importante que tenemos. O’Higgins también es muy importante pero tiene minería y de ahí al norte es lo mismo.
- ¿Cuál es el mensaje para los pequeños agricultores? ¿Hay resguardos necesarios para protegerlos o se tendrán que transformar todos en exportadores?
- Los tratados son solo ganar, porque significa abrir mercados, puertas e incorporarnos a un mundo globalizado. El TPP11 nos acerca al 18% del PIB mundial, a 500 millones de personas, a un mercado con un PIB per cápita de US$ 30.000 (...) Hay más opciones de vender, y aquí viene el gran proyecto del gobierno, que es incorporar al pequeño agricultor a la exportación. Ese es nuestro gran proyecto y queremos que sea nuestro gran legado, que a través de la asociatividad, el pequeño pueda producir, procesar y exportar. Sin la asociatividad, eso es imposible.